Inconformidad






La vida es una piromaniaca divertida, que te exhibe brillante  en el cielo nocturno hasta que solo eres pólvora. Somos parte de un inventario; una pieza mínima de algo inmenso. Sin embargo, somos optimistas, nuestra meta es perseguir el éxito. el  soltero más cotizado. A grandes rasgos, el dueño de nuestro futuro. Un solitario empedernido.

Quizás existimos y somos, además, el posible resultado del adulterio entre la vida y un loco frenético que se pasea por el living con una copa de vinotinto en la mano. Y nos observa y nos degusta. De pronto, este hombre, iluso, comprende que ese primogénito que somos desde siempre, es más que su ópera prima; su obra maestra. Su composición mas sublime y, por demás, su fallido acto de magia.

No obstante, para ciertos rufianes, somos el baúl de recuerdos que alberga al mundo. Un listado de deseos para antes de morir. Un puñado de milagros y una lágrima a la espera de un motivo. Al final, todo se trata de un uno. Somos entre tanto, la cúspide de una historia de amor que promete ir más lejos. El mirador con vista al vacío mas grande del mundo al que estamos dispuestos a saltar. Tenemos, también, en nuestro poder, alas de vuelo corto, y ese vacío que seguimos siendo, ahí, frente a nosotros.

Somos leña del árbol caído, aunque parezca ser negativo, nadie se atreverá a contar que de nosotros nadie de frío morirá. Encontramos, a pesar de tanta salvación que somos, nuestra pesadilla en el reloj. Si lo miramos nos derrite el tiempo. Es nuestra angustia. Nos disuelve las oportunidades de vivir sin un tic tac que vaya cantando los segundos que mueren. 

Esa es la gran paradoja: Somos muchos y no alcanzamos. No hace falta reflexionar mucho ni mirar de más la imagen. Al final de todo, tenemos tanto y de algo siempre carecemos.

Twitter- Instagram: @RoraimaCuevas

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